El pasado 19 de julio y tras tener conocimiento de una reunión de Ilusiona con algunos comerciantes del Chaparral, registramos un escrito 𝗽𝗶𝗱𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼 𝗲𝘅𝗽𝗹𝗶𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 sobre lo que allí se expuso y al que no hemos tenido respuesta.

El alcalde de Almonte dice 𝗻𝗼 𝗮 𝗹𝗮𝘀 𝗼𝗯𝗿𝗮𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗖𝗵𝗮𝗽𝗮𝗿𝗿𝗮𝗹, al proyecto más ambicioso en materia de accesibilidad que haya tenido nuestro municipio y que estaba subvencionado en un 80% por Europa.

En un acto al más puro estilo de las dictaduras bananeras, en petit comité, el Equipo de Gobierno decide 𝗽𝗮𝗿𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗿 𝗹𝗮𝘀 𝗼𝗯𝗿𝗮𝘀 y devolverlas a su estado inicial, lo que supondrá para nuestro pueblo, el coste de deshacer lo hecho, volver a dejarlo como estaba y las 𝘀𝗮𝗻𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 que correspondan por parte de 𝗘𝘂𝗿𝗼𝗽𝗮 y la empresa concesionaria que la realizaba.

Mientras tanto, la oposición y la ciudadanía somos simples espectadores. Asistimos atónitos a las 𝗱𝗲𝗰𝗶𝘀𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗱𝗶𝗰𝘁𝗮𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮𝗹𝗲𝘀 𝘆 𝗰𝗮𝗽𝗿𝗶𝗰𝗵𝗼𝘀𝗮𝘀 de nuestro alcalde, que se empeña en borrar toda huella de un pasado que no sea el suyo.

¿Qué hay detrás de esta decisión? Ojalá y nos equivoquemos, pero creemos que se acercan 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮𝘁𝗼𝘀 𝗺𝗶𝗹𝗹𝗼𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀 a empresas afines por la gestión de servicios que no necesitamos.

Es 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿𝗮, no hay transparencia, no hay pluralidad, no hay participación. Hay imposiciones, falacias e intereses personales

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